Hemos empezado bien: sesión de Pocoyo en el dvd. Para comer, sesión del Rey León en el ordenador. Eso sí, ha sido darla de comer, echarla la siesta (con el peluche de Pluto claro) y se ha despertado hecha un RE-MO-LI-NO. Vamos que se diría que la gastroenteritis se ha quedado atrás, aunque no descarto que mañana siga malita. Hemos seguido con Tom y Jerry; sí, acepto que se me caía la baba. No me acuerdo de lo que comí ayer, pero me acordaba de todos los capítulos.
Y menos mal que no la ha dado por vomitar, como ese sábado hace meses que sino vomitó 5 veces no vomitó ninguna. Diréis: "Bueno eso no es tanto". Pero es que esto es particularmente delicado si eres una de esas personas que, si alguien hace la intentona de vomitar, eres culo veo culo quiero. Fueron de esas mañanas que te dices a ti misma: "Lo que tiene una tía que aguantar".
Ahora mismo me estoy quedando muy, muy impresionada. Siempre he pensado que todos los niños nacen con el gen Mickey Mouse. Ahora mismo se confirma mi teoría: mi sobrina está hablando con Mickey Mouse a través del DVD. Sí.
Mickey Mouse: "¿Queréis entrar a mi casa?"
Aitana: "¡Sí!"
MM: "¿Qué pegatina es esta?"
A: "¡Estrella!" (¡ACIERTO!)
MM: "¿De qué color es esta pegatina?"
A: "¡Amarillo!" (En realidad era naranja, pero no voy a ser yo quien la rectifique)
MM: "¿Véis las banderas azules?"
A: "Uhhmm" (Es que está muy agusto con el chupete puesto, claro)
MM: "¿Qué es esto?"
A: "¡¡Un tututate pequeñito!!"
MM: "Sí! Un bebé elefante" (Admitelo, Mickey, "tututate" siempre es mejor que "elefante")
¡Oh no! Se termina Mickey Mouse, ¡¡es el acabose!!
(L) Gemma dame sobrinos...
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