Me explico.
Mi abuela ya tiene muchos años, está perfectamente de cabeza pero físicamente para nada. Aunque el que esté viendo novelas todas las tardes y se ponga super emocionada a verlas no lo considero, todavía, un ejemplo de no estar bien de la cabeza (peor es la gente que ve Salvame y mierdas parecidas). No es algo de lo que me queje, pero últimamente no tengo paciencia alguna con ella. A cada año que cumplen años, tienen más tonterías en la cabeza. Dicen que los bebés y los ancianos tienen mucho en que parecerse y no tengo dudas de ello.
Mi sobrina pregunta por todo: ¿Qué es esto?; mi abuela, también.
Mi sobrina es una cataguisos; mi abuela, también.
Mi sobrina se enfada si algo no sale como ella quiere; mi abuela, también.
La excepción es que mi sobrina todavía no sabe utilizar el teléfono para preguntarte: "Bueno y esto de la huelga, ¿por qué ha sido?" y justo, justo cuando has decidido descansar un poco en el sillón; o que te pregunte dónde es el premio de F1 que estás viendo o si el español va el primero o no cuando lo están pregonando por la televisión. No me malinterpretéis, quiero mucho a mi abuela. Es la única que me queda y me da mucha rabia que se haya abandonado físicamente como lo ha hecho. Pero intento saber qué ha cambiado en mí.
No estoy hablando ni criticando a una persona cercana. Me estoy criticando a mí misma. ¿Cuál es mi problema? Siento que he perdido la sensibilidad de hace años, he dejado de ser cariñosa y me he vuelto más fría. No distante. Sino fría. No es que me importan menos los problemas de los demás ni que los escuche menos, simplemente no me afectan tanto como antes; y por consecuencia, al no afectarme tanto, no se expresarme tan bien para ser capaz de reconfortar.
Lo llaman maduración, pero no estoy tan segura...