lunes, 7 de junio de 2010
Erase una vez una delicia de voz
Esta historia nace de esas veces que pones una emisora que nunca pones porque no hacen más que repetir canciones tipo Carlos Baute con Marta Sánchez, El Canto del Loco (x1000 repeticiones) y tipo así. No tengo nada en contra de ellos, pero la emisora susodicha hace que odie ciertas canciones; por aquello que por cada 100 veces que pongo la emisora, 102 oigo ese tipo de canciones.
Un día, mientras mis emisoras favoritas estaban en anuncios o bien con canciones que no me apetecía especialmente escuchar; puse la susodicha emisora y SORPRESA! Una canción nueva. Al principio casi ni la presté atención pero me sorprendí a mi misma tarareándola al rato. ¿De quién es? ¿Qué canción es? Pasaron días hasta que la volví a escuchar. "Qué voz más dulce y qué canción más bonita. La quiero".
"Esto ha sido Owl City con Fireflies" *Memorizando*. ¡Sí, la tengo!
Me encanta encontrar grupos musicales que todas sus canciones sigue un mismo patrón, que no se vuelven locos buscando otros sonidos que no tienen nada que ver con su estilo.
La música que hace Owl City es con un fondo más bien electrónico-melódico con tintes de piano; lo que viene a confirmarme mis gustos: me encantan los chicos que tocan el piano. Es todo un regalo para los oídos, son canciones escritas por un chico de voz dulce que parezca que te este susurrando llamado Adam, que sufría insomnio y se dedicada a escribir canciones.
Poco a poco me voy construyendo una lista de gustos musicales con estilo y buen gusto y porque de verdad así lo creo y no porque quiera ser guay, como hoy en día pasa tristemente.
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