jueves, 9 de junio de 2011

Un adiós en la distancia muy doloroso

Él y ella son dos jóvenes enamorados, demasiado adelantados para la época de miseria que vive España, y más particularmente Toledo. Él se tiene que ir fuera de España, buscando un futuro mejor para su ahora mujer (ella) y sus hijos, que por aquél entonces eran 4 pequeños y otro viniendo. Éste último nacería ya en el nuevo destino que les deparó el futuro.
Él era un profesional de la damasquinado y empezó a trabajar en ello para una empresa recién implantada en el lugar de destino, un tal DisneyWorld (años 70). Cuando él pudo ganar el suficiente dinero para poder traerse a su mujer y sus niños, se instalaron en una casa, en la calle Turkey Lake Rd. Los principios fueron duros, los niños pequeños y un sólo sueldo en la casa, pero afortunadamente pudieron seguir adelante. Su quinto hijo nació, sus hijos se hicieron mayores, encontraron sus trabajos en el país de las oportunidades y se enamoraron.
Sus hijos piensan que él y ella son el sostén de su familia, pero en realidad son los hijos los que llevan el peso. Siempre se han sentido en deuda con él y con ella, por sacarlos adelante.
Unos crecieron, llegaron nietos y otros envejecieron juntos. Nunca dejaron de quererse desde que tuvieron apenas 18 años.
Un día él dejó de trabajar porque ya tenía edad y se lo merecía, hacía 20 años que había llegado a ese país buscando una salida para su trabajo y para su familia; pero suspiraba por España. Cada vez que visitaba a su familia en Toledo, besaba cada piedra que pisaba. Iba a volver pronto, muy pronto... Estaba deseándolo, ya que hacía 2 años que no lo hacía.

Hoy, a falta de 3 meses y medio de volver a su tierra, él ha muerto. Se ha dormido para siempre soñando con su Toledo. Ella ahora estará sola para siempre pero con una fuerza de 5, pero pese a eso, sola. Ya que sin él, ella sólo es la mitad...

Ella es mi tía. Y él, era mi tío.

Te quiero tío, te quiero.

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